¿LA MORFINA O EL DELIRIO?








































Cólicos para estresados,
en vez de vivir doliendo,
morir flotando.
Morfina y análisis sin resultado
daban a una camilla con barrotes
el aspecto de un ford mustang con asiento reclinado.

Santo chute pasajero, el goteo, el suero,
quejidos seniles en mi box, lamentos interminables
filtrándose gota a gota por el tubo inyectado.

Y el doctor me dice:

"El dolor ha de manifestarse,
hasta que lo reconozcas, hasta que te señale,
hasta que te mire a los ojos sin que la morfina
lo distraiga y lo calme..."

Y entonces quise matar a todo el hospital,
quise levantarme y paulatinamente cargarme
a todo el personal. Mientras mi bajo abdominal rugía
y mis riñones estallaban.

Me retorcí en mi camilla, grité, insulté,
hasta que ya no pude más
y por falta de pruebas he sido liberado.

Todo parece ser mental, parto psicológico
o estrés enclaustrado.
Desde que reconocí el dolor, análisis, ecografías,
radiografías, tactos.

Para mí, habitante de esta diatriba llamada mundo,
en que el dolor clama por el origen del dolor.
Di las gracias al doctor, le estreché la mano
y le pedí disculpas después de reconocer
que tanto dolor, y tantas dosis de morfina
como nos llevan suministrando...
Nos impiden dar prioridad a la verdad.
Es mejor sufrirla ahora,
con lo que precisa por nuestra parte,
aunque suponga un mal trago.


AMAR A QUEMARROPA




Hace quince segundos el alma se encontraba suspendida
tras el azote del mar contra la roca.

En retirada los sentidos pierden su calado, su peso estanca
buscando esparcimiento en solitarias e interminables sobremesas.

En este abismo de asesinos y despistes, hostias secas a la boca,
el vidrio se inclina y el vino arde como moléculas de humana aurora.

La realidad sin expectativas ni cielo parece haberse relajado
en su objetivo.

Aún a riesgo de todo lo aprendido, la posibilidad de morir en un camino
corto al fin, aún a riesgo de amar a quemarropa.

Aún a riesgo de no saber a dónde ir...

Y darle dos besos a Machado, y andar...

Aunque no encontremos un sentido... O sí.

Andar hasta morir. Porque lo irracional funciona.


"Nadie viaja tan alto como aquel que no sabe a dónde se dirige" O. Cromwell.

"Caminante no hay camino, se hace camino al andar" A. Machado.

ILUSIÓN DE ARCILLA



Hundiéndome en ilusión de arcilla
dejé hígado en mi patria.

Tirado entre calumnias mal asistidas
toqué amplios halagos, tiernas rencillas.

Y yo, esperaba que tus sueños fueran comunes,
que tus propósitos brillaran sin desechos.

Yo comía de tu mano, conociendo,
que nadie es perfecto, ni la tumba exacta,
ni estamos hechos, y todo baila.

Y yo, que esperaba abrazarme a un solo verso,
ésta es la locura plena, apuesta inversa por un sueño.

Y ahora…

Vuelo de nuevo, vuelo como siempre hice,
volando a la deriva, de nuevo bueno.