EL DESPERTAR DE BUDA.





Caer en el destierro
o crecer crucificado,
son de las conchas
de las caracolas
recordándome un zumbido...

Ascender una cara y su oculto,
reconocer lo que se tiene
al contrario.
Toda acción es absurda
conjugando el verbo amado.
La pereza camina sin esquinas,
fluye el calor de su cuerpo evaporado.

Por la intuición de los roces
el agua espuma,
el olor es más fresco
y a la vez más sabio...
La vida nos espera
como un mazo,
fuera de aquí,
cerca de aquí.

Hombres ardilla
esconden nuestro fruto.
Mujeres cuervo
ocultan nuestros rayos.
Pero no cabe más mundo
en el mundo deseado,
y vuelvo a tí,
mi alimento y mi luz,
lejos de todas los estilos
y todos los estragos.

Anoche me desperté;
los hombres se buscaban
con la muerte entre las manos.
El rumbo era este rumbo
o mil rumbos, no lo sé...
Tú bailabas en el centro...
Hipnótica, radiante.
Yo te quería,
te sigo queriendo despierto,
por la senda blanca
de un viajero enamorado.

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