MANOS VIVAS


Lamo el vino
beso la rosa,
subyace en tu estío
h o r a d a e n t u a u r o r a.

Bate hondo
olas a deshora,

c_alma al naufragar
la carga clavada en la roca.


La palma se revuelve
entre tus dedos,

niños inquietos,

flecos nerviosos
que oran tu sentido.

El tacto reclama
el último resquicio,

el teatro o la danza,

la verdad endulzada
o la mentira que s e a h o g a.


El sueño es el ansiado vestigio,
el límite de nosotros mismos,
de nuestro amor sustantivo

entre palma

y vino

y danza

y rosa.

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