La alocada línea
rozando el vacío.
Comisuras aladas de teleñeco.
Ojos de flipado,
nariz de bolinga,
brazos de molinillo.
Super Coco lo tiene claro,
hay que vivir sin tanto cuento,
la diferencia entre delante y detrás
o arriba y abajo
-que otros tantos han confundido-
Un visionario,
explicándote lo complejo
desde lo más sencillo.
Somos mocos universales,
propensos a gripes de todo tipo,
espesos polluelos sin alas,
intensos catedráticos
calzando katiuskas,
estereotipos que apenas se mojan,
a no ser que el río se nos lleve
o nos embarguen el piso,
o nos amedrenten con el 2012
o algún que otro cataclismo.
Yo cuando sea mayor
quiero ser como SUPER COCO;
ir de acá para allá
volando con mi mente,
sin que me remate mi suerte,
echando siempre unas risas,
porque esta vida es un juego
que aparte de sacrificio
tiene un final, y el mío,
como el de Super Coco
puede que exista
pero tú no lo viste.
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