ÚLTIMA MIRADA AL CANTÁBRICO




Mi última mirada
bahía ondea.
Mi última mirada
merodea tus aristas.
Se aleja flotando,
reza a la espuma,
caliza melancolía.
Mi última mirada
zarpa el pecho
de este hombre loco,
pero no de atar.
Mi última mirada
rezuma aguas benditas,
sal ininterrumpida.
La última mirada
deja a la madre
en la orilla,
y el hijo,
sin querer queriendo,
diseña la escapatoria
a su mirada;
si la siguiese, agitado,
me hundiría.

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