Por Fin Lunes.



Lunes de escarcha
encharcado en supercherías,
charlotada del bambino de Montmartre
que toca la flauta sorda,
se detiene, chupada, la mira,
hay maradonas para todo,
pero esto no chifla...

Será que soy malo,
que no fui a misa,
que entre tanto follaje
flirteé con la brisa...

Será la pereza de este lunes maldito,
será la ciudad de aventuras roídas,
será la insinuación cultural
propuesta capital que enerva mi patía.
Ese Santander con mirada de perro cojinero
o lamechochos del fascismo postmoderno,
hastío de élites vacías y de hechuras henchidas.

Será que he de irme,
resorte de impaciencia
o losa de parado.
Será lo que no te dije
y no te contaré nunca, porque,
al fin y al cabo...
Vivo en este Santander de furcias
con falsa dote,
de artistas tontosdelculo, de surrealistas
de inexistentes trazos
salivando ante las instituciones
o ante cualquier falso druida,
y yo aún más substraído en tales gestas,
aún más tontoelculo que ninguno,
me voy...
Porque en esta ciudad todos los diás son lunes,
porque yo alguna vez quizá fui martes
y siento tener por fin alma de calendario.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Santander
y los cursos de verano
largos discursos de críticos de arte
escucharlos era el máximo placer
noches eternos de bar en bar
acompañada de artistas modernos
sin dormir pero sin cansarme
tardes enteras
en el Puntal
entre dunas tumbada
acariciada por el calor sensual
nada de ropa
sólo el sol y la brisa me arropan...
Santander...
y ahora pensando en las olas
tengo que volver...

(te no creas que es muy distinto vivir en Madrid, tal vez el anonimato)
(a mi tampoco me gusta el finde, ni las lunes...)

beso sin ropa