ESCONDIDA DEIDAD

Siempre quise morderte
entre las piernas.
Invadir mis labios
en la tupida entrada
de tu jardín secreto,
saciarme de este sinsabor mordaz
con que hiciste agonizar mis deseos
y amarte, y entre sutilezas
y delicados fines morderte
y hacerte gritar.

Siempre intenté redescubrir
tu losa entre la hojarasca
que cayó del tiempo
y la distancia,
siempre quise mirar hacia dentro
para averiguar si todo había muerto
porque me resistía a aceptar su final.

Siempre quise morderte
entre las piernas,
enjuagar con tu vino mi boca
y embriagar mis sentidos
sin dejar de beberte
hasta olvidar que existo,
y sin existir no dejar
de quemar con tu fuego mi paladar.
Siempre quise morderte
entre las piernas,
sin mirar al cielo
para no abominar su gesto,
sin que nada se interpusiera
entre mi furtivo aliento
y tu escondida deidad.
Siempre quise morderte
entre las piernas,
espirar mis ansias
vislumbrando si mereciste
mis pasiones,
si mereció mi interminable dolor
tu atroz indiferencia,
y aún siendo negativa la respuesta,
saber,… Cuál es tu sabor en realidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

.:a que esperas
tengo las piernas abiertas
no te arrepientas del pasado
muerde mi sexo depilado
suelta párrafos densos de palabrotas
cuando me azotas
que quiero oír tus jadeos intensos
tu, piérdete en mi zumito
que te la como, te la meneo
no te quedes con las ganas
y baja la persiana
ohhh baby:.