BREVE INTRODUCCIÓN AL TAICHÍ



"Prefiero ser un pararrayos que un sismógrafo" Tom Wolfe.

El aire baila, xilófono imaginario,
autómatas en los parques,
envueltas  burbujas de asombro.
Silencio en movimiento,
THC acaricia tus pestañas,
LSD de armonías varias
diluyéndose con el pánico en tu cuerpo.
Es tu propia manifestación
encarnando colecciones caprichosas
ocultándose en los troncos.
Okupas asomados desde la casa
del cuco desahuciado,
ardillas que volvieron a sus mezclas
de castañas, progenitores y bellotas.
Posas las pancartas en tu mente
para asaltar picnics las próximas  primaveras…
Cool breeze ¡!
¡menos chope y más paleta!
¡necesitamos amarnos a nosotros mismos
tanto como se supone
que  nos odian ¡!
 No entendemos nada,
después de todo estamos perdidos,
se avecina un otoño lento y sombrío
y no nos vendría nada mal
una breve introducción al taichí. 

HEMORRAGIAS INVERNALES


Las aguas vendrán
a limpiar los restos
de hemorragias invernales.
Y las manos constantes
olvidarán en el primer banco del paseo
la biblia del pobre.
Se proyectan profecías sin complejos
sobre Jesucristo observado
como un turista mochilero
desde las terrazas de verano,
propagando su mensaje:
“conservad algún pecado”
Porque  nadie podrá alcanzar el bien robado
que habita en el ático de vuestra desesperanza.
Sí hay que ser consciente,
pero por lo que más quieras,
permíteme acostar mi silencio.
Me siento fuerte y doblegado,
esperanzado y perdido a la vez.
En este momento el destino
me ha menospreciado.
Hay palabras que ni siquiera
puedo pronunciar:
Fenmilia, campañero, omigo,
tener que dar a tantos términos
aprendidos en la infancia nuevos significados,
y para esto tanta poesía.
Sí, esta crisis es una mina de egoísmos,
te puedo dar mi sangre,
donarte mis órganos celestiales,
pero no te cruces en mi camino.
Este país que canta sin letra un himno,
que eleva retoños
que se alimentan del corrillo,
este país que llama al pillo ladrón
y al ladrón ministro.
Como diría Pérez Reverte,
esta mierda de país, señores, es el mío.

MI VIDA



Vivo por la voz del niño
que lo vio todo, que lo amó todo,
para recordarse el resto de su vida,
que no quiso conquistar el cataclismo,
y juega por las noches con
amigos invisibles.

Me véis con este traje
que no deja de tejerse y  de sudarse,
cada vez menos  impetuoso en mi viaje,
vehículo de amante y también
cuero de vino.

Arrastro sombras decepciones
que separo en partes
y siendo fiel a mi luz se difuminan,
aranceles del destino que
nace y muere cada día.

No queda otra manera,
todo continúa,  después de cien muertes,
todo continúa,  alrededor de una
o mil ciudades, todo continúa
siendo un mal negocio, un abuso
o una alegría.


me recuerdo entre olvidos y abandonos,
entre puertas que de repente se abren,
y otras para las cuales
ya no busco más la llave.
Si he llegado al sinuoso ecuador,
que no es tan limpio ni tan recto
como aparece en los mapas,

por qué no poder volver de nuevo
a ser quien era, antes de continuar
con otro traje, invisible quizá,
y pasar de esta divina misión, de este ultraje,
de la adquirida mentira

a reencontrarme
por la voz del niño,
que lo vio todo, que lo amó todo,
que ve y ama todavía.
Luchando porque nadie me robe ese deseo
que es mi vida. 

DUDA VIVA




Duda viva,
 armonía o ruido incesante,
 canción o quejido,
calles furtivas.
Tan grande, todo,
tú tan pequeño, responsable,
causante, alquimista, es tu vida.
Un océano en el niño
que reconoce sus mentiras,
una pizca en el hombre
que siente ser más que un hombre
e idolatra al dios de sus mentiras.
Duda viva,
no renuncies del todo a ti,
hay algo después de ti.
Alcanza la mano de tu padre,
siente el perfume de tu abuela,
sueña a tus hijos,
hay muchas más calles que estas
que pateas entre dudas
eternas,  pasajeras,
y todas están llenas de colores
nuevos  para ti.
No te conviertas en la negación
hacia la que siempre te enfrentaste,
prefiere ser duda viva
y morir, un día cualquiera, entre interrogantes.

DE CORREAS EXTENSIBLES Y TERRONES SISADOS




Terrones de poesía sisados a las seis y cuarto,
un poco (generosa)  de café de la vecina despabilando el desánimo,
 el recuerdo apartado de sus pechos rancios
en tu boca mal amada.
Repicar de cucharillas, sinfonía gratuita,
el azúcar que ayer esperaba en las mesitas
se coló en tus bolsillos mientras te dirigías al servicio, por favor.
Distensión de caja de galletas maría, y un paquete
hundiéndose en tu vida con cuidado,
un casi sprint hasta la puerta del supermercado.
Atizando la memoria seccionada por el frío,
como desde hace siglos… el hombre amoldado.
El motor de tus pensamientos echa a andar
un día más, el coche sólo para los recados.
Te olvidaste los currículums aposta,
es hora de ojear la oportunidad o el descuido.
Como en una vieja película americana,
a  veces los contenedores de basura hacen milagros…
los escaparates de plasma continúan debatiendo en blanco o negro,
a pesar de tanta tecnología,
tótems apostando con dados trucados.
Prefieres mirar a los perros orinando en las esquinas,
marcando su camino con ilusión a diario, pobres chuchos,
como si le debieran su vida a las correas extensibles…

CAMINO DE ODIADAS METAS





Todo parece acabado, 
quizá mañana empieza.
Enroscándose dentro,
escurriéndose fuera,
tallado ser trasnochado
sin escalar la idea,
ceñido al  hueco oscuro,
ya empieza, un nuevo paso,
ya empieza, cada día empieza,
no hay forma de apartar la sensación,
de mi pequeño mundo pende
un mundo que termina
pero nunca empieza.